Elsa González de Barbagelata, conocida vecina e integrante de una de las familias pioneras de Villa la Angostura, lamenta cómo se desforestan varias hectáreas para construir un barrio de viviendas.
Sr. Director:
Hoy escribo movilizada por la tristeza…Tristeza que se origina en el abuso de poder de nuestros gobernantes, los más cercanos
Hace más de diez años que vivo en este hermoso barrio de Villa La Angostura llamado El Cruce con sus pro y sus contra como cualquier otro barrio. No me tocó al azar, lo elegí para criar a mis hijos, para vivir mi vida, pero desde hace unos meses lo veo cambiar en forma alarmante, para mejor dicen quienes manejan ese cambio….
Lo cierto es que veo las máquinas, los camiones, las motosierras a diario, las escucho, aún en los días feriados, a veces de noche: Están borrando de la faz de la Tierra una hermosa porción de bosque Andino Patagónico, el mismo que atrae miles de turistas cada año, el mismo que nos identifica como comunidad, el que nos hace ser “una aldea de montaña”…
Claro, proyectan construir 139 viviendas en un espacio donde es imposible que quepan respetando nuestras ordenanzas. ¿Cómo dejar retiros? Hasta la hierba estorba.
Es muy triste que hayamos llegado a este punto como comunidad. El municipio que dicta las normas de construcción no cumple ni una sola. Los vecinos debemos mantener retiros, cumplir el porcentaje de ocupación del terreno, conectar servicios subterráneos, CONSERVAR LOS ARBOLES NATIVOS…. Y tantas otras….
Se habló mucho de este loteo, de sus manejos, de si lotes, si casas, si dúplex, hubo denuncias, juicios y demandas, pero lo que priva al final la falta de juico y sentido común.
Invito a la comunidad a caminar hasta el fondo la calle Las Mutisias. Ya no es el mismo, ahora continúa varias cuadras más en un camino como de guerra, con sus laterales arrasados, y si, al fondo nos desviamos encontraremos más y más despropósito
Reconozco el derecho primordial que todos tenemos a una vivienda digna. No pongo en cuestión la construcción de un barrio, sino, la falta de sentido común, la falta de respeto por nuestras normas más elementales y por la Vida en sí misma.
Podrán darme muchas explicaciones, sé que las tendrán, porque supuestamente toda esta “limpieza” es legal, ya que también hay jueces que fallan a favor del desastre, pero sabemos que todas las palabras que se pronuncien serán excusas para seguir adelante, para justificar este accionar incomprensible.
Donde antes había un bosque, ahora hay una hermosa vista a nuestros “tres cerros”…triste vista por cierto…. Estruja el alma verlos a través de ese hueco de muerte.
Mientras tanto, las máquinas siguen y siguen, enterrando raíces donde luego irán las bases de las casas, donde nadie piensa en desagües, ni menos en cloacas ni mucho menos en cables subterráneos….
Pido disculpas, no suelo escribir este tipo de textos, pero no quiero que la tristeza se me transforme en rabia, ni mucho menos en resentimiento. Comprendan que estoy viendo cómo se destruye una parte importante de mi pueblo amado.
Aclaro que no pertenezco a ningún partido político, iglesia ni agrupación. Soy una simple vecina, una maestra jubilada. Hace mucho tiempo tomé la decisión de anular mi voto cada en cada elección porque nadie me representaba. Rompí esa promesa la última vez, para votar a este Concejo deliberante que tenía la oportunidad de obrar diferente. Me equivoque. Doble tristeza.
Lamento en el alma que una provincia tan hermosa esté gobernada desde siempre por gente que solo piensa en sí misma, en los votos y en sus conveniencias personales. Lamento en el alma que no se escuche la opinión de nadie que vaya en contra de los intereses de turno….
Gracias por compartir mi pena, y háganme caso, caminen por Las Mutisias hacia arriba…. No podrán perderse, a cuatro cuadras de la Av. Arrayanes empieza la nada. Si doblan a la izquierda verán, a modo de guía, un cartel que dice “ACÁ CRECE UN SUEÑO”, una burla ¿no?. Era preferible el bosque que crecía sin cartel.
Elsa González de Barbagelata
Villa la Angostura