Eufórico tras su primer gran triunfo en una exigente categoría con los es el TCM, el joven angosturense se mostró confiado en poder seguir escalando y, porque no, dar lucha por el título de este año.
El sueño de todo deportista es lograr aquel día de gloria en la máxima categoría -en cualquier disciplina- pero la gran mayoría de los sueños suelen quedar en el camino por esas cosas tan extrañas que tienen los caminos de la vida.
Por eso este domingo cuando Juan Cruz Benvenuti vio que la bandera a cuadros le marcaba que él se quedaba con el primer puesto en la carrera del TCN que además era transmitida en vivo para todo el país por la TV Pública sus pulsaciones llegaron al máximo, pura adrenalina que le dicen.
Más tarde, tras la euforia el joven angosturense reflexionó "y el triunfo se hizo realidad. Un día llegó, pareció largo, eterno, por momentos la espera se hacía insoportable. No era presión, ni autoexigencia, simplemente era ese deseo de estar adelante y ser el primero en ver la bandera a cuadros".
Destacó que "para un piloto el triunfo es todo. Es coronar horas de esfuerzo en el taller. Son horas de gimnasio y entrenamiento hasta quedar sin aire. Es cambiar dietas y regular la vida hacia una forma ordenada. Es hacer todo bien en el momento de dar la mejor vuelta. Es no equivocarse en nada, cuando está todo dado para un buen resultado. Y también es tener esa cuota de premio, que muchos lo llaman suerte, de estar en el lugar indicado, en el momento justo".
Dijo que es "ese mismo premio que antes recibieron otros, cuando te tocó el castigo. En todos los casos hay una sola variable que es común y transversal: ser paciente y perseverante. El sacrificio, más el esfuerzo y la plena convicción de alcanzar sin más, aquello que se desea, tienen su recompensa. Ganar es, en la estadística, sumar un apellido a la lista histórica, pero ganar en el Mundo de la ACTC, es vibrar en una dimensión diferente".
"Anotarse, humildemente, es lograr un pequeñísimo espacio dentro de un mundo con más 80 años de historia. Por eso las sensaciones superan todo lo esperado y sin temor a que esa emoción contenida nos invada y nos quiebre hasta el llanto, nos miramos en el reflejo de esta copa y allí estamos los mismos que hace apenas unos años pusimos en marcha y sin saberlo, esta pasión irrefrenable. Festejamos, una vez más, unidos y abrazados y renovamos el espíritu para seguir avanzando", finalizó Juan VRuz que ahora, mucho más confiado, espera para volver a dar el zarpazo en la próxima fecha.