La vecina JUlia Ríos recuerda cómo era Villa la Angostura en aquellos años, donde empezaba a nacer como una "Aldea de Montaña".
Sr. Director:
Recuerdos que no voy a olvidar.
Tengo 62 años y he vivido toda mi vida en Villa La Angostura, por lo tanto, he vivido de todo .
A la escuela íbamos en un viejo colectivo manejado por el Señor "Nano" Barría o en otras ocasiones por el querido Raúl Espinoza.
Recuerdo con mucho cariño, a dos docentes de esa época, la señorita Finita Bernas y Julio Nauhelquin, dos personas amorosas que nunca me hicieron sentir diferente.
Capítulo aparte, Almacén la Flecha donde encontrabas de todo lo que te podías imaginar, desde un disco, ropa, y artículos para el hogar, era un mini shopping, siempre atrás del mostrador don Jorge con su bombacha de campo plisada, chaleco de lana, botas corrugadas y su infaltable saco de vestir.
No existían casas de fotos, cuando queríamos tomarnos una foto íbamos a lo de don Tracnik, era todo un acontecimiento, había que ir bien peinado limpios y nuestra mejor ropa. Cuando lográbamos comprar una cámara había que mandar el rollo a Bariloche para revelarlo, era todo una sorpresa.
No teníamos tele, y solo se escuchaba radio Bariloche y algunas radios chilenas, el aparato de radio por supuesto a pilas muchos de nosotros no teníamos luz eléctrica ni agua corriente, usábamos velas o la lámpara a kerosene.
Muchos años de mi vida iba a buscar agua a un pozo 2 veces por día, felizmente el pozo no se secaba entonces siempre teníamos agua, lavar la ropa era un drama hacíamos un fogón para calentar el agua ni hablar de lavarropas o secarropas. Para calefacciones la casa estaba la cocina económica, prenderla era toda una ciencia, se comía lo que producía la huerta.
De los almacenes que me acuerdo que estaban en el pueblo, el de don Gómez que estaba frente a la Municipalidad, lo de Salamida, Rogel, el Bar el Pichihunca, el mercadito Tito, la Tienda de doña Elvira y el Bar de don Florentino del Castillo que tenía una gran mesa de billar y una máquina de hacer café, y me olvidaba del Restoran de don Bianchi pegado a la Flecha.
Otra cosa, la luz se cortaba a las 12 de la noche a esa hora se terminaba el encanto.
El viaje a Bariloche duraba mínimo 3 o 4 horas previo paso por Santa María, atendida siempre por don Horacio, ni hablar de teléfono o celular si se necesitaba mandar algo urgente, se mandaba un telegrama. No venía tanta gente como ahora, la playa era toda para mi, no había, Bancos para cambiar un cheque, había que ir a Bariloche.
Nunca imagine que mi pequeño pueblo creciera de esta manera ,me gusta el progreso, más allá que trae aparejados ciertos cambios, pero como dice el dicho "no se puede hacer una tortilla sin romper huevos", todo cambio y toda crisis nos hace crecer.
Todo tiempo pasado no fue mejor... todo lo que viví fue pintoresco y está bueno recordalo, trato de no quedarme en el pasado, me quedo con lo mejor de esa época, pero estoy feliz con el progreso y la tecnología .
Un feliz cumple a mi querida Villa !!!!...mi lugar en el mundo
Julia Ríos
Villa la Angostura