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Sun, May

“Las cuarentenas y otras restricciones han mostrado gran ineficacia en todo el mundo”

Cartas de lectores
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La vecina Luz Ricardes expresa "la alarmante situación del hospital local y de todo el sistema sanitario de la zona es responsabilidad de quienes gobiernan, quienes tienen el deber de garantizar que los recursos estén para lo que se necesita de manera urgente, tal cual es el caso".

 

Sr. Director:

Con la crisis sanitaria se ha puesto más en evidencia la inoperancia de la clase política, pareciera que lo único que sabe hacer el Estado es el papel de interventor con aspiraciones de control social.

 En tiempos de pandemia y desplome económico, la desigualdad, la violencia, la falta de infraestructura, la inoperancia de los gobiernos o el desprestigio de la política parecen formar un cóctel explosivo. En ese pasillo estrecho que discurre entre la ausencia de Estado, el Estado despótico y el Estado de papel (de presencia bastante inoperante) nos encontramos los ciudadanos que estamos a merced de políticos que deciden casi a ciegas, siguiendo una línea de prueba y error.

Luego de un año y meses, el sistema sanitario debería estar en condiciones para afrontar el Covid, tal cual se proclamara en Marzo de 2020, se dijo que el ASPO permitía “preparar el sistema de salud de cara al pico de contagios”. Nunca sucedió, vimos en este pequeño pueblo la falta de voluntades y celo político cuando existió una posibilidad de capacitación y nos encontramos con una absurda negativa, cuando se consiguieron test para detección temprana que nunca se usaron.  Si así hubiera sido, si el sistema estuviera preparado, no estarían hablando de “elegir” quien vive y quien no, el sistema sanitario contaría con camas suficientes, respiradores necesarios y el personal capacitado, asistido y contenido psicológica y económicamente. El personal de control y muchas reparticiones públicas deberían estar cooperando con los contribuyentes de manera de poder sostener el sistema laboral y productivo.

Pero como esas cosas que tanto se anunciaron siguen sin realizarse para el gobierno es más fácil salir a responsabilizar a la sociedad por los contagios y al no tener preparado tal cual se había anunciado el sistema de salud, volvemos un año atrás sin medir ningún tipo de consecuencia para los ciudadanos. El gobierno no se preparó para la contingencia y el sistema de salud es también parte responsable del problema.

Las cuarentenas y otras restricciones han mostrado gran ineficacia en todo el mundo, con una feroz crudeza. Debieran abrirse a otras formas y tener en cuenta también otras visiones del problema porque el relato oficial está fracasado.

Sumamos entonces a la crisis sanitaria una crisis de representación visible y tangible.

De un modo muy general, podría decirse que la crisis sanitaria deriva en una crisis de representación, esta tiende a entenderse como uno o varios fenómenos o circunstancias cuyo efecto es el de degradar y rebajar la calidad del sistema democrático actual y, en particular, de la relación de representación existente entre los ciudadanos y los representantes u oportunistas políticos. Por citar algunos de estos fenómenos: el papel de los partidos políticos, la desconexión entre el poder político y la ciudadanía, el funcionamiento viciado de las instituciones públicas, el exceso de poder del gobierno, la mentira y la corrupción como arma fundamental de esta paupérrima demagogia. Se visualizan y relativizan diversas instancias de gobierno y poder, más de poder que de gobierno, que tratan de aprovechar las circunstancias para propósitos ajenos a sus obligaciones o atributos.

La alarmante situación del hospital local y de todo el sistema sanitario de la zona es responsabilidad de quienes gobiernan, quienes tienen el deber de garantizar que los recursos estén para lo que se necesita de manera urgente, tal cual es el caso. El tiempo perdido en malas decisiones es irrecuperable, y se paga un alto precio con vidas inocentes, además de pobreza material, descreimiento y descomposición social.

Estos gobiernos que no representan a nadie, más allá de sus propios intereses, oportunistas disfrazados de servidores públicos, es lo que nos ha llevado a la situación en la que estamos.

Como pueblo quedamos a la espera de  promesas eternamente incumplidas No hay forma de que a estos gobiernos y oportunistas políticos les creamos una palabra más, sería de pecar de la más insólita inocencia de parte del pueblo. No necesitamos un gobierno que nos cuide, exigimos un gobierno que gestione políticas sanitarias serias, concretas y de acuerdo a la problemática actual. Se necesita fuerza moral para enfrentar las dificultades, dignidad para defender nuestras libertades y entereza para exigir resultados eficaces a nuestros políticos. Como pueblo tenemos que entender que no puede haber complacencia con la inoperancia y mucho menos frente al dolo.

Luz Ricardes

DNI 23835738

Villa la Angostura