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Mon, Jul

Antonio Birabent dará un concierto íntimo en Villa la Angostura

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Aprovechando su estadía en la localidad para filmar escenas de la película "Camino sinuoso" este jueves se presenta en Aretha  cafe, en  único show en vivo en la región. 

 

Desde las 21:30 hs sin entradas anticipadas, solo puerta DIA DEL SHOW.  $ 200. 

Despues de 25 años de trayectoria, Antonio Birabent editó dos discos al mismo tiempo (Hijos del Rock y O.) y los presentará nuevamente en Buenos Aires con un show eléctrico junto a su banda, Mauro Scaparro, Lucas Diaz y Gonzalo Sánchez, en la Quinta Trabuco (Carlos Francisco Melo 3050, Florida) el sábado 16 de diciembre. El concierto, que será el último del año, promete el estreno de un par de canciones y nuevas versiones de viejos temas.

Esto NO es un disco doble. Son dos discos juntos, que conviven en una sola caja y en desarmonía armónica musical.

Si la industria está en “crisis”, que mejor que sacar dos discos al mismo tiempo.

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Hijos del Rock es un retrato (de ahora, pero también de lo que fue y de lo que vendrá) del rock argentino y sus arrabales. Se trata de un proyecto ambicioso y casual al mismo tiempo. Una mezcla libre y desprejuiciada. El encuentro musical de Antonio Birabent componiendo junto a dieciséis colegas.  Muchas canciones, muchos autores, muchos intérpretes, varias generaciones entrelazadas. Cada uno de los artistas que forman parte del disco se concentraron en un instante que quedó grabado para siempre. Pusieron un trozo de su alma, una parte de su ser. No sabemos muy bien qué es el rock. Pero acá todos somos hijos del rock: León Gieco, Kevin Johansen, Lisandro Aristimuño, Moris, Manuel Moretti, Acho Estol, Mex Urtizberea, Juliana Gattas, Gillespi, Juan Ibarlucía, Martín Elizalde y Cucuza Castiello, entre muchos otros.

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O. Son diez temas escritos por Antonio hace muy poco. Canciones eléctricas de autor resonando en un lugar familiar. Hombres nuevos, pasajeros, que se estremecen mientras charlan sobre el amor perdido, y sobre el olvido. Hay veranos desaparecidos, un homenaje-cicatriz a Gustavo C. y una canción dedicada (lógicamente) a Oliverio. En esta media hora aparecen resabios de Azar y Anatomía (primeros lanzamientos del sello), de otros momentos del señor AB y también algo de lo que está por venir. Sobrevuela la melancolía pero... está más fuerte que nunca!

Palo Pandolfo en Villa la Angostura.

El viernes 15 de diciembre se presenta en en el mercado (av arrayanes al 400) desde las 22 hs, las entradas (solo en puerta)  tienen un valor de $200

En 2013 Palo Pandolfo terminó de coronarse como uno de los artistas más influyentes del circuito. No hablamos de los festivales sponsoreados, sino de sus fugitivos: los cancionistas que encontraron un modelo para su manera de conectar el rock y la psicodelia con nuestros folclores urbanos y rurales. En ese sentido "Esto es un Abrazo", su nuevo disco junto a La Hermandad, resulta una afrenta y una confirmación: un álbum -en el sentido más profundo de la expresión- de rock argentino.

Un artefacto que, subterráneamente, conecta los discos de Pescado y las tapas de "Expreso Imaginario" con el Parakultural y el filo alternativo de TTM. Para sellar esa intención, Palo convocó a Goy Ogalde y a Charlie Desidney como productores y se rodeó de un cuarteto con carta de ciudadanía del Oeste. El resultado son trece canciones tan místicas como viscerales, con elementos de rocksteady, huaino, baladas y hasta hardcore. Palo las canta prendido fuego, poniendo en marcha un imaginario en que dialogan Benjamín Solari Parravicini, el Conurbano, Sturgeon, el sexo con amor y la vida familiar.

Ahora, con “Esto es un abrazo” ya en la calle (editado por S-Music) y junto a su actual banda “La Hermandad”, integrada por Mariano Mieres en guitarra eléctrica, Santiago Capriglione en bajo, Gerardo Farez en teclados y Carlito Fernández en batería, Palo Pandolfo se encuentra presentándolo por todo el país.

Jamás podrá decirse que Palo no es un artista honesto. Sus 30 años de trayectoria sugieren una montaña rusa con picos y pozos, autoboicot y desmesura, genialidad y pureza. Desde el soberbio pop y punk rock de Don Cornelio hasta el folclore y el tango de Los Visitantes, desde la tensión entre Yupanqui y Spinetta que domina parte de su obra (esa poética que combina sencillez, profundidad y barroquismo) hasta su carácter interpretativo pasional y desprolijo (que en el vivo es anarquía feroz). Quizás Palo Pandolfo no zafe jamás de la categoría oblicua de artista de culto. Quizás su música quede circunscripta a una desmembrada grey de fans. Quizás no importe. Alguna vez estos discos van a ser escuchados como lo que son: yuyos que crecen en el espacio mínimo que hay entre el rock más esponsorizado y el más indie, perlas perdidas en un océano demasiado calmo.