En 1907 Aarón de Anchorena logró un usufructo cedido por el Senado de la Nación de la Isla Victoria. Su proyecto era construir una estancia modelo, con todos los adelantos de la época, pero manteniendo intacto el entorno natural existente.
De los primeros contingentes que visitaron la isla Victoria como turistas fueron los señores Aaron Anchorena, Esteban Lavallol y Carlos Lamarca, que llegaron a la región en un periplo realizado con el solo propósito de conocer personalmente las deslumbrantes bellezas de la patagonia y participar de la aventura de un viaje por caminos precarios en territorios inhóspitos.
De esta manera Anchorena menciona lo transcurrido en su viaje: “Costeamos por algún tiempo la isla (Victoria) hasta entrar en un puerto de precioso aspecto situado en la parte occidental, totalmente cubierto de impenetrable bosque de cipreses y hayas; pasamos en él varios días cazando cabras salvajes que las hay en abundancia. Los vecinos le dieron el nombre de Puerto Anchorena en recuerdo de nuestra estadía”
Foto: Aarón de Anchorena era descendiente directo de Tomas Manuel de Anchorena, destacada figura patricia de la Independencia Argentina
Aaron Anchorena, Esteban Lavallol y Carlos Lamarca se instalaron con todo su equipo y sus asistentes en una bahía muy reparada y bucólica, que hoy se conoce como Puerto Anchorena. Esto ocurrió el 12 de abril de 1902.
Aaron Anchorena era un millonario y aristócrata cuyo proyecto se basaba en la creación de una estancia modelo en la isla, a la que dotaría de todos los adelantos propios de la época, reservando enormes espacios para dedicarlos a la recreación y contacto con la naturaleza en su estado primitivo.
Foto: El casco de la casa principal de Anchorena que fue restaurado por Parques Nacionales por su valor como Patrimonio Histórico.
Una Ley del Congreso de la Nación, Anchorena obtiene el usufructo de la isla Victoria en 1907, condicionado a una fuerte inversión que en realidad ya se había iniciado. En el aserradero de la isla se elaboró la madera necesaria para cumplir sus proyectos: galpones, corrales, tambo y hasta un molino.
Foto: Parte de la familia Anchorena y personal de servicio posando en la casa principal.
También se construyó un muelle propio donde amarraría la Goleta Pampa y los vapores que reabastecían de materias primas a la estancia o se llevaban carne y productos de elaboración propia para vender en el pueblo de San Carlos (Hoy de Bariloche), incluso para exportar a Chile, país con el cual se comercializaba el noventa por ciento de lo producido en toda la región pues por entonces los caminos a Buenos Aires eran casi inexistentes.
Foto: El precario muelle que construyó Anchorena, en la foto con la Goleta Pampa en primer plano.
A la par se edificó el chalet principal, una casa de dos pisos con balcón y ambientes espaciosos. Su interior albergaba una excelente biblioteca, un pequeño museo y una nutrida bodega en el sótano.
Foto: Goleta Pampa, construida por el Ingeniero Naval Otto Mühlenpfordt,para Aaron de Anchorena en 1920. Foto: Federico Silim
En tanto Anchorena viajaba continuamente a la Capital, traía de regreso diferentes novedades para la isla: plantas exóticas, faisanes, caballos de raza, vacas holandesas, ovejas y ciervos axis que libera en la isla para crear un coto de caza.
Foto: La Goleta Pampa, en la imagen junto al vapor Cóndor. Foto: Federico Silim.
Sin embargo, y dadas las dificultades en materia de transportes y comunicación, y las múltiples objeciones que surgían en la Capital respecto del otorgamiento del usufructo a Anchorena, éste renunció a dicho permiso y retorno al Ministerio de Agricultura el control de la isla en 1916. Para el año 1924, el Ministro de Agricultura, Tomás Le Bretón decide recrear el vivero forestal iniciado en los tiempos de Anchorena.
La navegación
Desde los primeros tiempos, la navegación del Lago Nahuel Huapi era una propuesta atractiva para el turismo, debido a la casi total ausencia de caminos y medios de transporte terrestres. Antes de los años ’20 ya se ofrecían las mas variadas excursiones lacustres combinando la visita a distintos puertos.
En el caso de la isla Victoria el puerto turístico habitual era Puerto Totora, ya que por lo general se pasaba por Puerto Savanah en la península Huemul y luego se continuaba a Puerto Manzano para concluir en el lago Correntoso. Cuando la visita era por más de un día, se utilizaba Puerto Anchorena, de manera que los residentes, don Pablo Gross y su familia, pudiesen ofrecerles alguna asistencia o refrigerio.
Foto: Parte del casco original de la estancia antes de ser restaurado por Parques.
En las disposiciones generales de la Ley que institucionaliza a Parques Nacionales sancionada el 9 de octubre de 1934, en su artículo 28 determinaba que “el Vivero Nacional de la Isla Victoria pasaba a depender de la Dirección de Parques Nacionales”.
Debido a la necesidad de disponer de madera destinada a la construcción del Hotel Llao Llao por parte de la institución oficial, se extrajeron de los bosques de Isla Victoria, gran cantidad de los 40.000 árboles, empleados para levantar el imponente edificio.
Foto: El primer Llao Llao en plena construcción en 1936 con madera de lo que fuera el vivero de Anchorena. Luego fue destruido por un incendio y reconstruido en tiempo rércod. Foto: Fedeico Silim.
Asimismo, se proyectaron nuevos trabajos tales como la Estación Zoológica de 2200 hectáreas, ubicada en la zona Norte de la isla, creada con el propósito de investigaciones y atractivo turístico.
Yayo de Mendieta
Villa la Angostura