Pobladores que andaban a los tiros hasta “para hacer volar el cigarro de la boca”, amenazas por cortar árboles con cartuchos de dinamita, o el descubrimiento del río Correntoso, bautizado originalmente como el “Canal de la Cerveza”.
“Te vuelo el cigarro de un tiro”
Los primeros años no resultaron nada fáciles para Primo Capraro, el visionario fundador del Hotel Correntoso y uno de los pioneros en este sector del Nahuel Huapi, quien recuerda situaciones complicadas en el diario convivir con bandoleros extranjeros que azotaban la zona casi a diario. Así escribió en su diario personal ”llegamos al boliche, casa de negocio, almacén de ramos generales del señor Pujol de Ñorquinco, donde nos convidaron a cenar y pernoctar. En la casa había bastantes clientes desagradables, ebrios y armados, y entre ellos un norteamericano alto, rubio corpulento y con voz cavernosa: Martín Sheffield”.
Capraro se refería nada menos que al norteamericano que fue sherif en su país y vino a la Argentina persiguiendo a la banda de pistoleros que comandaba el legendario Butch Cassidy, en nuestra región fue un reconocido “cow-boy gaucho” y admirado por su destreza y puntería con las armas.
Capraro sigue con su relato y aclara que Sheffield “sabía hacer saltar, de un disparo, un botón de los zapatos, quitar un pito de la boca o el sombrero con su revólver a quien él se le antojaba burlar. Broma medio pesada, pues la boca, el pie y la cabeza están demasiado cerca del pito, botón o sombrero que llevaba puesto”.
No es menor el dato que a principios del siglo pasado estaba permitida la portación de armas; basta la lectura de una norma otrora vigente que establecía ”la Policía no podrá prohibir o restringir el derecho de llevar armas; en consecuencia, ninguna persona será registrada con el objeto de averiguar si lleva armas consigo, pero no podrá llevarla a la vista”.
A qué no se animan...
También resaltaba la lucha inicial contra un lugar salvaje “hostilizado por la voracidad de una Compañía que se ha adueñado de centenares de leguas de campo feraz y de bosques riquísimos”. Por ejemplo el día que Primo Capraro descubre a una cuadrilla de hachadores dispuesta a cortar los árboles de su lote n°8 (donde hoy se encuentra construido el Hotel Correntoso) de acuerdo a un permiso otorgado por la “Ley del Hogar”, va en forma apresurada a su precaria vivienda y regresa con cartuchos de dinamitas asegurando que: “al primer hachazo los hago volar a todos”. La amenaza dio resultado y la cuadrilla decidió seguir su camino.
En otra oportunidad descubre un cerco de postes dentro de su propiedad, los desentierra y esperó con paciencia a la cuadrilla apoltronado con una carabina y los amenazó con el arma cargada. “Rápidamente desistieron y no regresaron más”, recordaba sonriente el inmigrante italiano.
El fundador del Hotel Correntoso tenía una personalidad muy particular. En una oportunidad - fines de 1904 - mientras se realizaba una yerra lo desafían a montar un potro salvaje, que apenas podían sujetar los peones. Capraro, sin dudar, se sube de un salto sobre el potro, pero a su vez le sueltan la yeguada campo afuera y el italiano corcovea también en la fuga no esperada.
Capraro, sin experiencia en este tipo de doma, no le fue tan mal según los mismos parroquianos “No se les despegó a las yeguas de tozudo que era –quizás porque el animal lo sentía como un Rodas que lo aplastaba– y la tropilla se volvió convencida que el gigante la arriaba. El jinete retornó como un centauro peninsular, entonces consagrado en héroe entre el gauchaje”.
El río Correntoso o el Canal de la Cerveza?
El río Correntoso, en cuya desembocadura se encuentra construido el tradicional hotel del mismo nombre, tiene una curiosa historia en referencia a su descubrimiento cuando fue bautizado como el “Canal de la cerveza”, a consecuencia de una apuesta entre Eduardo O´Connor y sus compañeros de viajes de exploración.
Sucedió un 27 de enero de 1884 cuando el grupo navegaba buscando la comunicación entre el lago Frías (hoy conocido como lago Correntoso) y el Nahuel Huapi. De pronto ven a corta distancia de la costa “una pequeña escotadura” y apuestan, ante una discusión sobre si era o no el nexo de unión entre ambos lagos “algunas cervezas”. Este canal de comunicación entonces, fue bautizado por Eduardo O´Connor como el ”Canal de la cerveza”.
Este río cuenta además, con la particularidad de ser denominado “el río más corto del mundo” por sus escasos 132 metros de extensión desde su nacimiento en el lago Correntoso, hasta desaguar en el lago Nahuel Huapi.
Yayo de Mendieta
Villa la Angostura